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24-12-2012 |
Fabián Ilich Araneda, vicepresidente de la Fech
La Izquierda radical hace su apuesta
Ruben Andino Maldonado
El más destacado exponente estudiantil de la Izquierda radical en la Universidad de Chile, Fabián Araneda, es contrario a levantar candidaturas en las elecciones presidenciales y parlamentarias del año próximo, critica al Partido Comunista por su alianza con la Concertación y propone una universidad más comprometida con los sectores populares del país. La lista encabezada por Araneda -del colectivo anarquista Luchar- conquistó el segundo lugar en las recientes elecciones de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, desplazando a las Juventudes Comunistas-Juventud Socialista a un tercer puesto (ver PF 771). Fabián Ilich Araneda Núñez (24 años), nuevo vicepresidente de la Fech, es el hijo mayor de un matrimonio de profesores. Tiene dos hermanos y viven allegados en casa de sus abuelos. Allí habitan diez personas. Su madre ejerce la docencia, su padre vende ropa en la feria del sector y sus hermanos ven muy difícil ingresar a la educación superior por su situación económica.
Además de su atracción por la política y el periodismo, Fabián Araneda es deportista. Desde hace cinco años practica karate y es ciclista. Hasta hace unos tres meses no tenía en perspectiva ser dirigente estudiantil. Pero sus compañeros de ideas políticas consideraron que por su inteligencia y experiencia de estudiante pobre podía ser un buen candidato. Su destacada participación en foros con los candidatos de las otras listas le ganaron el apoyo de la base estudiantil.
Fabián Araneda tuvo que aprender a construir un discurso: “Ha sido muy enriquecedor para mí -dice-. Trato de participar en todas las actividades a las que me invitan. Agradezco el apoyo de los sindicatos y de la federación de pobladores con que hemos trabajado todo el año. También he buscado mejorar las relaciones de la Fech con los estudiantes secundarios”. Araneda lleva la Izquierda en su ADN: “Mis padres fueron del PC, pero con la vuelta de la ‘democracia' dejaron de militar, por la separación que se produjo entre línea política y práctica. Como universitario me convertí en libertario de raíz marxista. Aunque no he participado en una organización política, la experiencia de mis padres me ha servido para vivir este proceso a través de los colectivos juveniles, en la universidad y en mi población”.
TRABAJADOR Y ESTUDIANTE
¿Su experiencia fuera de la universidad de qué modo le ha servido?
“Desde chico tuve que trabajar; a los 15 años comencé a vender en el Mercado Persa. Mi vinculación con el mundo de los trabajadores ha sido muy concreta, he sufrido los pesares de todo trabajador. Ya como universitario, desde el tercer año, trabajo ‘boleteando' para un canal de televisión (CDF). Esa experiencia me ha servido para darme cuenta que con un discurso muy ideologizado cuesta llegar a las personas. Los trabajadores están en el día a día, dando peleas que escapan un poco a la posibilidad de pensar en un proyecto socialista. Sus preocupaciones son los problemas laborales, la salud, la vivienda. Muchas acciones, cuando las vamos realizando, nos permiten tomar conciencia. No es igual la realidad de un poblador que lucha por la vivienda o participa en un sindicato, que la de alguien que no ha vivido esas experiencias”.
¿Cuáles son los componentes anarquistas en su formación política?
“Rescato la horizontalidad en la toma de decisiones y el desarrollo individual en beneficio del colectivo. Creo en un poder popular que nos permita hacer una construcción social nueva, no estatal. Estos ideales de largo plazo no nos alejan de otros objetivos más inmediatos. Esta plataforma ideológica nos ha servido para dar una lucha política en la universidad alejados del sectarismo”.
¿Cuál es el origen y composición de Luchar?
“Es una coordinadora de grupos formada hace un año y medio. La Izquierda radical estaba fraccionada en la universidad, cada grupo se movía por su lado. A partir de 2011 agrupamos a colectivos de base, a organizaciones como el FEL (anarquista) y el Colectivo Praxis (cercano al Partido Igualdad) y a diversos independientes que se sumaron al proyecto. En 2011 obtuvimos la secretaría general de la Fech y este año, rompiendo todas las expectativas, obtuvimos la vicepresidencia”.
PROPUESTA ANARQUISTA
¿Cuáles son los ejes de su propuesta?
“Estamos en la lucha por una educación gratuita, de calidad y pública; entendiendo que los grupos que han confluido hasta ahora en la dirigencia de la Fech han soslayado este propósito. Otro eje es la creación de un poder popular que extienda las demandas por una mejor educación a la salud y vivienda, hacia la lucha global del pueblo contra el sistema opresivo actual.
Entendemos también que la universidad hay que cambiarla desde adentro, para modificar su relación con la sociedad. Cambiar la forma en que se toman las decisiones, reorientar las mallas curriculares y la gestión del conocimiento, con una administración en la que participen académicos, estudiantes y funcionarios”.
El PC y la Izquierda Autónoma (que ganó por segundo año la presidencia de la Fech) plantean casi lo mismo que ustedes. ¿Dónde están las diferencias?
“Nos planteamos como alternativa a las JJ.CC. y a la Izquierda Autónoma, que sigue anclada en la intelectualidad académica. Cuando salen de la universidad no se incorporan al campo popular, no ingresan a un sindicato, ni están en la lucha territorial. Su propuesta se debilita fuera del espacio universitario.
El PC, a su vez, apuesta a una alianza pluriclasista: el ‘gobierno de nuevo tipo' con los sectores más progresistas de la burguesía, es decir la Concertación. Esa alianza no dará frutos porque un Partido Comunista con 6% electoral no puede ejercer influencia importante, ni menos hegemonía en un conglomerado en que predominan los partidos de la Concertación, bien conocidos por su desempeño en el gobierno”.
Los argumentos del PC son fácilmente comprensibles: unidad para derrotar a la derecha.
“En Chile se ha generado una dicotomía derecha-izquierda que viene desde la dictadura. Nuestra apuesta es romper con esa visión. El pueblo comienza a descubrir que esa gente por la que ha estado votando durante veinte años, también forma parte de la derecha económica. Nuestros padres han caído en ese esquema y terminan votando por el ‘mal menor'. La forma de romper es apostar a los sectores en lucha contra el sistema y a la participación popular”.
LA ALTERNATIVA REVOLUCIONARIA
¿Cuál es la apuesta de ustedes para una alternativa a lo existente?
“Enfocarnos en los procesos de lucha social para que el pueblo se vaya dando cuenta de las contradicciones e inequidades del sistema. Me refiero a los procesos del diario vivir, como verse obligado a usar todos los días el Transantiago o en el caso de los pescadores artesanales, sufrir una Ley de Pesca como la que se acaba de aprobar. La nueva mayoría debe generarse a partir de la vida cotidiana. El pueblo irá comprendiendo en la lucha que la gente por la que ha votado es la misma que ha profundizado este sistema aborrecible. Lo importante es que los avances se logren desde la lucha diaria, no desde arriba. Aunque todavía no tengamos la fuerza necesaria para ganar el gobierno, debemos hacer este camino desde la base”.
Vienen las elecciones presidenciales y parlamentarias, ¿qué harán ustedes?
“No participaremos en ese proceso, no tendremos candidatos hasta que seamos capaces de influir en la agenda política del país con la inclusión de los temas que nos interesan. Lo principal para nosotros es un movimiento social fortalecido en todos los sectores, movilizándonos por la educación, la salud, la vivienda y el trabajo en todas las regiones del país, incluyendo el territorio mapuche.
No existe todavía una base social suficiente para respaldar una candidatura presidencial del pueblo. El Partido Igualdad logró construir cierta fuerza pero sólo pudo elegir un concejal”.
También han surgido candidaturas parlamentarias como las de las Juventudes Comunistas...
“El PC tiene su estrategia, respetable pero no la compartimos. No es mucho lo que se puede hacer en el Parlamento en este momento. Aunque Teillier haya votado contra la Ley de Pesca, está aliado con gente que la votó a favor. Al fin de cuentas, esa alianza es un instrumento que permite ganar elecciones, pero no tiene mayor incidencia para cambiar la situación existente”.
CUBA Y VENEZUELA
¿Qué opina de experiencias como las de China, Cuba o Venezuela?
“Apoyamos los procesos revolucionarios, pero mantenemos nuestra opinión crítica. Los procesos de Rusia y China han derivado en capitalismo de Estado. La Revolución Cubana ha logrado grandes beneficios para su pueblo en condiciones de aislamiento, pero su destino es incierto. La revolución bolivariana ha alcanzado niveles de participación popular envidiables, pero preocupa que esté tan centrada en la persona de Hugo Chávez, llama la atención que no surjan nuevos líderes.
Como parte de la Izquierda tenemos que rescatar estos procesos sin perder nuestra capacidad crítica. Tenemos que reflexionar sobre la forma de acceder y mantener el poder y también acerca de por qué estos procesos están centrados en liderazgos personalistas. En mi comuna, Pedro Aguirre Cerda, tenemos una alcaldesa comunista, pero me pregunto por qué no han surgido otros pobladores que participen en la construcción de ese municipio”.
¿Qué piensan de la violencia en la política?
“Cada día somos violentados por el sistema político-social existente. La violencia es inherente a la lucha de clases y aquellos procesos de transformación que no han vivido la violencia, los entendemos incompletos. La Unidad Popular no pudo derrotar a la burguesía, y el pueblo fue derrotado. Venezuela tiene aún una burguesía muy fuerte, ligada con el imperialismo estadounidense; tampoco ahí hay un proceso completo. Hay un gobierno con apoyo popular, cierto, pero Venezuela sigue en el área de influencia de la burguesía multinacional que en cualquier momento puede atacarla. Lo mismo sucede en Bolivia o Ecuador. La burguesía no entregará sus privilegios por las buenas; para enfrentarla necesitamos pueblos fortalecidos, conscientes y capaces de entender que esa violencia es parte de la lucha liberadora. Los pueblos que no la han vivido, tendrán que vivirla”.
¿Qué representan para ustedes Luis Emilio Recabarren o Salvador Allende?
“Dos revolucionarios chilenos que vivieron y murieron por sus ideales. También recordamos a Clotario Blest, a Miguel Enríquez, al Che Guevara o al argentino Mario Roberto Santucho. Me avergüenza que un partido tan importante como el Partido Socialista, que representó los ideales de Salvador Allende y de gente aún más radical que él en esta época, tenga una matriz neoliberal: sus dirigentes sencillamente se acomodaron”.
ALIANZA CON LOS ESTUDIANTES SECUNDARIOS
¿Cómo harán en la Fech?
“Queremos aportar a su conducción con un sentido clasista. Que la Fech sea parte del proceso de lucha y que no se desligue de los trabajadores, los pobladores o de los estudiantes secundarios. Que tenga un discurso de clase respecto a temas variados, como la diversidad sexual. Las debilidades en la conducción se dan porque la Fech muchas veces ha carecido de un norte claro. Por el afán de ganar metas parciales, se dejan de lado los objetivos centrales de nuestra lucha”.
En 2012 lograron disminuir las tasas de interés en los créditos universitarios. ¿Qué esperan para 2013?
“Nuestro objetivo fundamental es una educación pública, gratuita y de calidad. En ese marco apostamos por el aumento a los aportes basales a las universidades públicas, a terminar con el lucro en las universidades privadas; a derogar la legislación que prohibe organizarse a los estudiantes en esas universidades y a que las federaciones estudiantiles de universidades públicas sean más efectivas”.
¿Cuál es la relación de ustedes con los estudiantes secundarios?
“Estudiantes universitarios y secundarios no hemos podido confluir hasta ahora en un proyecto común. En 2011, cuando el gobierno amenazó con quitar las becas de estudio, gran parte del movimiento universitario se bajó de las tomas; en cambio los secundarios prefirieron perder el año. Los secundarios han planteado siempre el tema de la desmunicipalización para que el Estado y la comunidad se hagan cargo de los colegios. Los universitarios no hemos sido capaces de hacer nuestra esa importante demanda”.
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 772, 7 de diciembre, 2012
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